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LOS RAYOS X SE PONEN EN DUDA

La protección de los pacientes frente a la radiación es una de las grandes preocupaciones de los profesionales sanitarios a la hora de realizar radiografías.

Fue en la década de 1950 cuando, tras la realización de una serie de estudio en moscas de la fruta sobre las consecuencias de la exposición a los rayos X, cuando se comenzó a recomendar la necesidad de cubrir los testículos y los ovarios a la hora de realizar una radiografía ante el temor de que la radiación pudiese dañar el ADN y generar defectos de nacimiento.

Desde este momento no se ha había vuelto a replantear estas consecuencias. Pero, en la última década, profesionales de la radiología han comenzado a reevaluar  esta práctica en base a los últimos avances que se han producido en el campo de la tecnología de imagen así como en un mayor conocimiento sobre la comprensión de los efectos que tiene la radiación.

Estos profesionales indican que los escudos de plomo son difíciles de colocar con precisión y, de forma habitual, no terminan de proteger con efectividad las áreas que deberían proteger. Incluso, cuando están bien colocados, pueden generar sombras en áreas que los profesionales médicos necesitan ver con total claridad.

 
 
 

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